La crisis del trigo en La Araucanía: desafíos y futuro del sector agrícola

La región de La Araucanía ha sido históricamente el principal polo productivo de trigo en Chile, aportando el 42% del total nacional. Sin embargo, el sector agrícola atraviesa una crisis evidente, que ha generado preocupación entre productores y gremios agrícolas. De acuerdo con datos de Agrosat y Cotrisa, en los últimos diez años, la región ha perdido 46.000 hectáreas de superficie cultivada, lo que representa una disminución del 43%. Esta pérdida impacta directamente en la economía local y pone en riesgo la seguridad alimentaria del país.

Tendencia a la baja en la siembra de trigo

Durante la temporada 2024-2025, la siembra de trigo alcanzó las 60.177 hectáreas, es decir, 3.748 hectáreas menos que el año anterior. Este descenso refleja una preocupante tendencia a la baja que se ha mantenido en los últimos años. La disminución de la superficie sembrada se debe a diversos factores, entre los que destacan:

  • Altos costos de producción: los insumos agrícolas, como fertilizantes y combustibles, han aumentado significativamente su precio, lo que dificulta la rentabilidad del cultivo.
  • Caída de los precios del trigo: la fluctuación del mercado y la competencia con importaciones han provocado que los precios pagados a los productores no sean suficientes para cubrir los costos operativos.
  • Incendios forestales: la región ha sido severamente afectada por incendios que han destruido importantes extensiones de cultivos, poniendo en riesgo la producción y la estabilidad del sector.

A pesar de estos desafíos, los agricultores han logrado mantener un buen rendimiento en la producción, evitando una caída más drástica. Sin embargo, la sostenibilidad del sector está en juego, lo que requiere medidas urgentes por parte de las autoridades.

El llamado de los agricultores: políticas de incentivo y estabilidad

Ante este panorama, expertos y gremios agrícolas advierten sobre la urgente necesidad de implementar políticas de incentivo que fortalezcan el agro, especialmente para los pequeños y medianos productores. Sin apoyo estatal y medidas concretas, el declive del sector podría profundizarse, afectando el abastecimiento de trigo en el país.

Sebastián Naveilán, presidente del Gremio de Agricultores de Malleco, enfatiza la importancia de proteger los cultivos y prevenir los incendios que afectan las siembras. “El 42% del trigo que se produce en el país proviene de esta región, lo que subraya la necesidad de asegurar condiciones óptimas para el trabajo agrícola. Más allá de la defensa del sector, esto es fundamental para la seguridad alimentaria de Chile”, señaló.

Además, Naveilán destacó la importancia de fomentar la agricultura nacional y brindar estabilidad a los productores. “La industria triguera atraviesa un momento crítico debido a la baja rentabilidad. Por ello, esperamos contar con condiciones adecuadas para que cada agricultor pueda seguir sembrando trigo y garantizando el abastecimiento de este alimento esencial”, agregó.

Medidas para revertir la crisis

Para contrarrestar el declive del sector triguero en La Araucanía, es fundamental que el Estado y los organismos correspondientes implementen estrategias efectivas que permitan a los productores mantenerse en actividad. Algunas de las acciones que podrían adoptarse incluyen:

  1. Subsidios y apoyo financiero: otorgar créditos a tasas preferenciales y subsidios directos a los agricultores para aliviar los altos costos de producción.
  2. Control de importaciones: establecer mecanismos de regulación que protejan la producción nacional frente a la competencia de trigo importado a precios más bajos.
  3. Prevención y combate de incendios: fortalecer las medidas de protección contra incendios, asegurando una respuesta rápida y eficiente ante emergencias.
  4. Capacitación y tecnología: promover programas de capacitación y acceso a tecnología agrícola que optimicen los rendimientos y la eficiencia del cultivo.

La Araucanía sigue siendo el corazón de la producción de trigo en Chile, pero su sector agrícola enfrenta una crisis que podría agravarse si no se toman medidas concretas. La pérdida de hectáreas cultivadas, los altos costos de producción, la caída de los precios y los incendios forestales son factores que han debilitado a los productores. Sin embargo, con políticas de incentivo adecuadas, subsidios y apoyo estatal, es posible revertir esta situación y garantizar el abastecimiento de un cultivo clave para la alimentación del país. La urgencia de estas acciones es evidente, y el futuro del trigo chileno depende de ello.